movie maker.

Sabés cual es el problema? Yo. El problema es que voy a cumplir 17 años y sigo razonando como a los 12. Cuando tenia doce años, un flaco me decia linda. No solo me lo creia, sino que me enloquecía. Un dia, se aburrió. Se llevo sus palabras, y las compartio con otra; otras. No me dolió. No fue una sensación de telenovelera frustrada. Simplemente me sentí estafada. Sentí que me habían manipulado para comprar algo; y una vez que lo compré, simplemente dejó de funcionar. Caí una, dos, mil veces. Estaba convencida de que la testosterona hacía que la rutina fuera siempre la misma, de que la historia siempre tenía el mismo final. Durante mucho tiempo me juraba a mi misma ser fría, distante. Me miraba al espejo y me prometía no confiar en nadie que, aunque fuera por un momento, me hiciera sentir especial. Por supuesto que mi promesa se rompía cada vez que se acercaba alguien, pero la rutina se volvía a repetir. Fue ahí, despues de la vigesimo novena caída, que lo desubrí: no son iguales. Claro que no. Cada uno tiene su forma de lastimar. Cada uno tiene su sello, cada sello tiene un lugar reservado en mi frente. Tomé en serio mi promesa; pero para lo único que sirvió, fue para ponerme del otro lado del mostrador. Empecé a lastimar. No fue adrede, simplemente rechazaba cualquier iniciativa de afecto masculino. La rechazaba de ojos cerrados, como quien hace el bien sin mirar a quien. Yo ahuyentaba a las personas, sin saber si eran la excepción. Hasta que se fueron. Todas las personas rechazadas se alejaron. Alejarse es un decir, mi mente retorcida sabe que UNA palabra cariñosa basta para volver a esa situación; que en cierta manera me gustaba. Puede sonar bipolar, pero mantener las distancias me hizo sentir mejor. Me hizo sentir que por fin tenía el control de mi vida, que por fin iba a poder controlar ese sentimiento estúpido. En estos momentos, mi perfecto equilibrio se esta debilitando. Innecesariamente, de eso no hay dudas. Lamentablemente, lo tengo que decir. Esta blogger, que se jacta de no pertenecer al círculo vicioso de los eternos enamorados, entra en el grupo de pelotudos que, a partir de un comentario o conversacion, podría poner en marcha el libro mas vendido del año. 

Y odio eso de mí.