depende


Estos son los momentos en los que quemo neuronas. Siempre me consideré una persona bastante básica en cuanto a forma de pensar. Las cosas son blancas o negras, no hay punto medio. Sé que está mal, no me estoy justificando. Pero toda mi vida fui así. Es por eso que no sé qué hacer frente a estas situaciones, en las que la realidad va más allá de una postura fija y deja mucho a la imaginación. Me molesta no tener un libro que diga qué hacer, cómo hacerlo y por qué. No puedo dejar de comerme las uñas. Es frustrante, no puedo usar otra palabra. Porque, con esta actitud, la situación podría dudar para siempre. O no, depende de mí. ¿Depende de mí? ¡Mierda!