tengo un reflejo innato para mentir


- ¿Estás bien?
- Sí.

Tengo un reflejo innato para mentir. Empezó siendo en mentiras inocentes, mentiras piadosas. No siempre tenía ganas de explicar qué me pasaba, no siempre creía necesario hablar sobre mí. Sencillamente creo que hablar todo el tiempo de uno mismo fomenta un ego imaginario, es necesitar aliento ajeno para respirar. El problema conmigo surgió cuando mentir se convirtió en parte de mi rutina. Mentir es una forma muchísimo más sencilla que dar explicaciones, a la hora de escapar de situaciones extrañas. No siempre salgo impune, no tengo tanta suerte. Pero si me descubren, genero un efecto bicicleta. No paro de mentir. Miento para explicar por qué mentí. Y que conste que no siento culpa por tener algún tipo de consciencia. Siento culpa porque el día que me miré al espejo no supe discernir cuál de las vidas era la mía; la verdadera o la mentirosa.