De repente, la verdad te golpea. Sin advertencia, sin anestesia. Un
golpe, el segundo que te toma pestañear. El momento donde todo se
aclara, aunque el sol siga oculto. El momento donde todo se calla,
aunque el tránsito esté en pie. Para salir adelante es preciso saber que
existe algo que debe ser dejado atrás. La vida es una videograbadora
vieja, que graba constantemente a contrarreloj. Y es preciso tener claro
qué borrar. En un mundo de siete billones de personas, no es
casualidad que determinadas caras se crucen por tu vida. Que los mismos
ojos te puedan hacer temblar de llanto o de risa. Con
tantas personas alrededor, estás tanteando constantemenente la soledad.
El oscuro segundo en el que las puertas se abren. Las manos se sienten
pesadas porque cargan con la decisión de vivir rezagado o simplemente
vivir . Y sin anestesia, la verdad te golpeó.