an afternoon




– Señora, de antemano le aviso, no creo que esto colabore en nada. Tampoco creo que una hora sea suficiente. En realidad, no sé por qué vine. Debería pararme e irme. Pero no, porque aunque sea por una vez me gustaría terminar algo que empiezo. También me gustaría dejar de planificar tanto las cosas. ¿Nunca le pasó? Yo camino pensando en el siguiente paso. Pero no lo digo para que usted me vea como una persona moderna, se lo aseguro. Yo camino calculando todo. Cuál es la probabilidad de caerme, cuántos pasos me quedan, si debo caminar rápido o lento. Estuve quince minutos pensando en cómo sentarme en este sillón. De paso te quiero decir que es bastante cómodo. ¿Te puedo tutear? No, no, no me haga caso, no me deje tutearla. Porque al final siempre hago lo mismo. Agarro confianza con las personas, las hago parte de mi vida; pero sufro un montón cuando se van. Porque siempre se van. No entiendo, nunca pude mantener una relación duradera. Y mi vida llegó a ese momento lleno de preguntas, lleno de presiones. Tengo una carrera por la mitad, tengo buenos amigos. ¿Pero qué más? Necesito completar mi vida. Y nadie quiere ser quien la complete. Señora, le pido por favor que no se gaste en hablar si me va a dar el discurso básico, ese de que en algún lugar del mundo me espera mi persona ideal. Porque el reloj está avanzando, la vida está corriendo. Vivo girando sobre mí misma, esperando verlo. Esperando encontrar a alguien que no sé que va a venir. Es como que te dejen plantada, pero toda la vida. No pido mucho, pido amor. Y en la única persona en la que lo encuentro es en mí misma."El final feliz es simplemente avanzar", lo escuché en una película. Pero no me alcanza. No puedo vivir conociendo todas las cosas que no tengo, sabiendo con exactitud qué me falta. Perdóneme, fue una equivocación venir. Me tengo que ir. Irme para nunca volver. Mil disculpas por robarle su tiempo.