send me away with the words of a love song




Despertás, mirando al mundo con esos dos faroles. Caminás con tus ideales atrás, como si fueran un guardaespaldas. Generás rutinas pero buscás ser amigo de lo inesperado; de cualquier experiencia que salga de lo cotidiano. Y aunque a veces te cansás, está bueno ese juego que generás con la vida: probarte a vos mismo, ver hasta donde podés llegar. Este recorrido está lleno de personas. Todas aparecieron de la misma manera, siendo lo inesperado, la novedad. Pero de a poco van tomando forma; van tomando color. De a poco cambia la distancia. Algunas personas se acercan, otras se alejan. Personas que hace un año eran consideradas imprescindibles, pero que ahora ostentan un título de extraño; humanos irreconocibles en una muchedumbre que de a poco se acercaron al cuerpo, al alma. La rutina te va consumiendo el cerebro hasta que frenás en seco, hasta que preguntás qué pasó. Las personas toman distancia por algo, pero nunca se van. Incluso después de darse la espalda, si dos personas empiezan a caminar; este mundo es circular, se van a volver a encontrar.